Fuente:Qiushi | Autor:Qu Qingshan | Actualizado el:2025-09-11
La modernización china es una en términos de seguimiento del camino del desarrollo pacífico
El énfasis del secretario general Xi Jinping en esta cuestión se debe a que hemos tomado como rasgo destacado de la modernización china la persistencia en un desarrollo pacífico, procurando nuestro propio desarrollo en el proceso de defender con firmeza la paz y el desarrollo mundiales y salvaguardando aún mejor estos con él para impulsar la estructuración de la comunidad de destino de la humanidad. Conocer y dominar correctamente esta característica es de suma importancia para impulsar fructíferamente esta modernización en el proceso de la práctica.
El seguimiento del camino del desarrollo pacífico es como un gen de la civilización china. El pueblo chino es desde la antigüedad amante de la paz, y lo es también la nación china. En la historia china se había planteado desde tiempo inmemorial la idea de que “cuando prevalezca la Gran Virtud, el mundo será de todos”, se abogaba por moralidades como las de “benevolencia y buena vecindad” y “concordia entre todas las naciones”, y la gente estaba profundamente consciente de la razón de que “todo país belicoso, por más fuerte que sea, cae derrotado”. En la dinastía Ming, con siete viajes oceánicos al mando de la entonces mayor flota del mundo en travesía por varios países, llegando tan lejos como África oriental, el navegante Zheng He llevó allí seda, té y porcelana de China, haciendo comercio económico e intercambio cultural, sin ocupar ni una sola pulgada de territorio de nadie. El amor por la paz es un gen cultural que fluye en la sangre del pueblo chino y de la nación china.
El seguimiento del camino del desarrollo pacífico es una elección estratégica correcta del pueblo chino. Desde la época moderna, la invasión del imperialismo y la corrupción de los gobernantes feudales convirtieron poco a poco a China en una sociedad semicolonial y semifeudal, siendo el país humillado, el pueblo devastado y la civilización cubierta de polvo, y sufriendo la nación china una catástrofe sin precedentes. Por lo tanto, el pueblo chino y la nación china sienten honda empatía y simpatía por los países y pueblos del mundo que están sometidos a la vorágine de la guerra o a toda clase de humillaciones. El deseo de paz que abriga el pueblo chino es más fuerte que cualquier pueblo, y la oposición a la guerra que sostiene la nación china es más decidida que cualquier nación. Con los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica, que propusimos tras la fundación de la Nueva China, hemos perseverado en la igualdad de todos los países, sean grandes o pequeños, fuertes o débiles, ricos o pobres. A partir del inicio de la reforma y la apertura, con nuestro importante juicio de que “la paz y el desarrollo son temas cardinales que enfrenta el mundo de hoy” en lo referente a la situación de desarrollo y cambio mundial, hemos reajustado las relaciones con los grandes países y hemos fortalecido la unidad y cooperación con los numerosos países en vías de desarrollo. Al entrar en la nueva era, manteniendo la diplomacia de gran país con peculiaridades chinas, el Comité Central del Partido, nucleado en torno al camarada Xi Jinping, ha propuesto la promoción de la constitución de un nuevo tipo de relaciones internacionales, ha desplegado los valores comunes a toda la humanidad —paz, desarrollo, equidad, justicia, democracia y libertad— y ha aplicado la apertura al exterior de alto nivel, todo en pro de estructurar con alta calidad una comunidad de destino de la humanidad. Es cosa única en el mundo que el Partido Comunista de China haya planteado la “persistencia en el camino del desarrollo pacífico” y la haya consignado en sus Estatutos y, más tarde, según los procedimientos legales del Estado, en la Constitución de la República Popular China. Los Estatutos del Partido, su estatuto general para la administración y disciplinamiento, son ley fundamental interna partidaria. La Constitución es estatuto general de nuestro Partido y pueblo para gobernar el país y ponerlo en paz, así como ley fundamental suprema del Estado, y la consignación en ella se ha hecho partiendo de la condición suprema de las leyes y decretos del Partido y del Estado. De ahí que China ha podido reconfigurar su imagen internacional y potenciar su influencia internacional, con nuestro país cada día más cercano al centro del escenario mundial.
El seguimiento del camino del desarrollo pacífico es la corriente de desarrollo y progreso del mundo y su única senda correcta. Hoy en día, con singulares cambios mundiales no acaecidos por mucho tiempo, con el viejo sistema colonial colapsado, con la desaparición del antagonismo entre grupos del periodo de la Guerra Fría, con el cada vez más rápido desarrollo de gran número de países tanto de mercados emergentes como en vías de desarrollo y con la continuamente más honda interconexión e interdependencia de los países, el destino del mundo debe ser dominado por los pueblos de todos ellos. Sin embargo, hay muchas dificultades y desafíos aún cara a la humanidad, problemas regionales candentes en continua sucesión, amenazas convencionales y no convencionales a la seguridad entrelazadas y un incesantemente creciente déficit de paz, desarrollo, seguridad y gobernanza. ¿Qué le pasa al mundo y qué deberíamos hacer? El secretario general Xi Jinping ha planteado sucesivamente la Iniciativa para el Desarrollo Global, la Iniciativa para la Seguridad Global y la Iniciativa para la Civilización Global, ofreciendo tres grandes pilares a la estructuración de la comunidad de destino de la humanidad y aportando sabiduría china y fuerza china para la resolución de los problemas comunes a la humanidad.
El seguimiento del camino del desarrollo pacífico supone una gran diferencia entre la modernización china y la occidental. La modernización de algunos países occidentales se ha materializado recurriendo a formas de guerra, colonización, saqueo y demás, unas formas de autobeneficio a expensas del otro y llenas de sangre y crimen que han traído profundas penalidades al pueblo de la gran prole de los países en vías de desarrollo. Tras el descubrimiento de América, los colonialistas aplicaron la política de genocidio, reduciendo bruscamente el número de los indígenas de los más de cinco millones originales a 250.000. En la historia moderna mundial, el abominable comercio de esclavos negros duró más de tres siglos, resultando en una reducción de unos 100 millones de personas de su raza en el continente africano. Durante más de trescientos años a contar desde finales del siglo XV, los colonialistas saquearon desde América Central y Sudamérica 2.500 toneladas de oro y 100.000 toneladas de plata. En 1840, los invasores occidentales desataron contra China la Guerra del Opio, rompiendo con poderosos buques y cañones la puerta de cierre del país. En algo más de un siglo a partir de entonces, invadieron China y firmaron con ella 745 tratados desiguales de todo tipo países imperialistas del mundo grandes y pequeños. Conforme al Tratado de Shimonoseki, Japón recibió de China una indemnización de 231 millones de liang [unidad de peso que equivalía entonces a unos 31 gramos] de plata; y, por el Tratado de 1901, el Reino Unido, Estados Unidos y Francia cobraron de China una indemnización de 450 millones de liang de plata, que se liquidarían en 39 años, así que, incluidos el capital y los intereses, China tendría que pagarles una enorme indemnización de 980 millones de liang. Todo lo aquí mencionado queda como registro de la indecorosa historia del proceso de la modernización occidental e indicación del “pecado original” del capitalismo.
El seguimiento del camino del desarrollo pacífico, característica destacada de la modernización, nos exige que, en el proceso de impulsar la modernización china, situados firmemente tanto del lado correcto de la historia como del lado del progreso de la civilización humana, y enarbolando la bandera de la paz, el desarrollo, la cooperación y la coganancia, procuremos nuestro propio desarrollo en el proceso de defender con firmeza la paz y el desarrollo mundiales y salvaguardemos aún mejor estos con nuestro propio desarrollo.
El avance por la gran vía es ilimitado en extensión y amplitud; sus infinitos deambulantes tienen la firmeza de ella, que es como piedra de amolar. A partir de la fundación de la Nueva China, y particularmente después del inicio de la reforma y la apertura, hemos completado en solo unos decenios el mismo proceso de industrialización que los países desarrollados tardaron varios siglos en culminar y hemos obrado dos milagros, el de nuestro rápido desarrollo económico y el de nuestra duradera estabilidad social, abriendo amplias perspectivas a la gran revitalización de la nación china. La historia y las pruebas han demostrado plenamente que el camino de la modernización china, transitable y estable, es la “única vía correcta para fortalecer el país y revitalizar la nación” y un “camino ancho”. Hemos de actuar con atenimiento a la determinación de inalterabilidad del camino y de las aspiraciones, sin anquilosarnos ni aflojar jamás, sin dejarnos amedrentar por ningún riesgo ni desconcertarnos por ninguna interferencia, y fuera de seguir el viejo camino de cerrazón y anquilosamiento mental o uno malo de cambio de bandera, en firme avance por el camino del socialismo con peculiaridades chinas. Siempre que sigamos en todo momento esta “única vía correcta” y este “ancho camino”, y promovamos integralmente con la modernización china la gran revitalización de la nación china, tal como planeaba el XX Congreso Nacional del Partido, podremos cumplir triunfalmente sin duda a mediados de siglo, o sea, en el centenario de la fundación de la República Popular China, el objetivo de lucha fijado para el segundo centenario: la culminación de la construcción de un poderoso país socialista moderno, próspero, democrático, civilizado, armonioso y bello.
(Qu Qingshan, director del Instituto del CC del PCCh para el Estudio de la Historia y Literatura del Partido)
Fuente: Qiushi 2023 n.o 16
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