| Autor:Yang Mingwei | Actualizado el:2023-01-11
Cómo entender los nuevos lineamientos y medidas
del Partido Comunista de China
Yang Mingwei
Director
Buró de Cooperación e Intercambio con el Exterior
Instituto del CC del PCCh para el Estudio
de la Historia y Literatura del Partido
El secretario general Xi Jinping indicó: “Siendo el próximo lustro un momento crucial de arranque para la construcción integral de un país socialista moderno, llevar a buen término el trabajo en este periodo será de suma importancia para la materialización del objetivo de lucha fijado para el segundo centenario”. Y es por eso que en el XX Congreso Nacional del PCCh se han dispuesto en clave de prioridad las tareas estratégicas y grandes medidas para los futuros cinco años y se han estudiado y formulado los nuevos lineamientos y medidas en cuanto a la resolución de problemas.
En el XX Congreso Nacional del Partido se ha definido claramente el establecimiento de un arreglo estratégico general de dos fases para culminar la construcción integral de un poderoso país socialista moderno: de 2020 a 2035, cumplimiento básico de la modernización socialista; de 2035 a mediados de siglo, transformación de nuestro país en un poderoso país socialista moderno, próspero, democrático, civilizado, armonioso y bello.
I. El arreglo estratégico de dos fases de China
Se puede resumir en dos enunciados la orientación de China para la nueva era:
1) Buen manejo de nuestros propios asuntos en favor de la construcción integral de un país socialista moderno y la materialización del sueño chino de la gran revitalización de la nación china.
2) Promoción del progreso de la humanidad por configurar un nuevo tipo de relaciones internacionales y estructurar una comunidad de destino de la humanidad.
Entre estos dos enunciados, el fundamental es el primero, tal como expresó recientemente el secretario general Xi Jinping: “La clave está en manejar bien nuestros propios asuntos”.
Una óptica muy importante para analizar este tema de hacia qué objetivo y orientación llevar cumplidamente nuestros propios asuntos es el arreglo estratégico de dos fases para el futuro desarrollo de China, el cual, planteado en el XIX Congreso Nacional del Partido, dividía en dos etapas el periodo que iba desde el 2020 hasta mediados de siglo:
En la primera etapa, 2020-2035, materialización básica de la modernización socialista mediante una lucha de 15 años y sobre la base de la culminación de la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada.
En la segunda etapa, de 2035 a mediados de siglo, 15 años más de lucha para transformar nuestro país, sobre la base de la materialización básica de su modernización, en un poderoso país socialista moderno, próspero, democrático, civilizado, armonioso y bello.
En una visión macroscópica de futuro sobre el arreglo estratégico de dos fases para la construcción integral de un poderoso país socialista moderno, el XX Congreso Nacional del PCCh ha dispuesto en clave de prioridad las tareas estratégicas y grandes medidas para los siguientes cinco años.
Es tradición del PCCh en cuanto a planificación, así como una ventaja política suya, constituyendo asimismo una valiosa experiencia de su gobernación y revigorización del país, el plantear arreglos estratégicos sobre el futuro desarrollo y ponerlos en práctica de manera metódica.
En la historia de la República Popular China se ha promovido desde el inicio el desarrollo económico y social con planes quinquenales correlativos y una graduación de intenciones para objetivos de largo plazo. En 1953, poco después de fundarse, la Nueva China elaboró y aplicó su primer plan quinquenal, cuya tarea principal era concentrar la energía en la industrialización y, al mismo tiempo, acelerar la promoción de la transformación socialista en los diversos ámbitos económicos; una década después, en 1964, en el curso de los estudios para el III Plan Quinquenal, el Gobierno chino formuló una estrategia de dos etapas: 15 años iniciales, a contar desde el inicio de aquel plan quinquenal, para lograr implantar sistemas de industria y de economía nacional independientes y relativamente completos; y otros 15, hasta finales del siglo XX, para cumplir el objetivo de las cuatro modernizaciones: la de la industria, la de la agricultura, la de la defensa nacional y la de la ciencia y tecnología.
A la entrada en el nuevo periodo de reforma y apertura, dimos un paso más al plantear el grandioso objetivo de construir un país socialista moderno, próspero, poderoso, democrático y civilizado.
Y, con el ingreso en la nueva era del socialismo con peculiaridades chinas, hemos planteado una nueva estrategia de dos fases, cuyo objetivo es construir un poderoso país socialista moderno, próspero, democrático, civilizado, armonioso y bello.
Desde siempre, la estrategia de desarrollo de China ha sido muy clara, con bien definidas decisiones estratégicas tomadas por el Comité Central del PCCh y con un único objetivo de lucha de todo el pueblo por un país moderno.
En el arreglo estratégico de dos fases hay un concepto clave y nuclear, que es la modernización socialista, o sea, la modernización china que enfatiza el secretario general Xi Jinping.
II. ¿Qué tipo de modernización es la modernización china?
En el mundo no existe un único modelo de modernización, ni tampoco un único estándar aplicable universalmente.
La comunidad internacional ha llegado al consenso al respecto.
En 2008, en una entrevista para la publicación china Observatorio Económico, el Sr. Zbigniew Brzezinski, que fue consejero de seguridad nacional de Estados Unidos con el presidente Jimmy Carter, se manifestó muy claramente sobre la diferencia entre la modernización norteamericana y la china: “China, un gran país en despegue, está realmente convirtiéndose en un gigantesco país global y representa otro tipo de vía de modernización y desarrollo”.
El expresidente francés Jacques Chirac dijo en agosto de 2004 en una entrevista para el Renmin Ribao: “A partir de 1978, China ya ha ideado una concepción peculiar sobre su futura modernización económica y social, la cual, aun considerada a día de hoy, supone un modelo de desarrollo único para el pueblo chino”.
Y la presidenta del Partido del Congreso de India, Sonia Gandhi, se manifestó así el 16 de diciembre de 2008 en una entrevista con un periodista de la Agencia de Noticias Xinhua: “La modernización china ha demostrado al mundo que este modelo de modernización puede eliminar pobreza, inyectar vigor y liberar creatividad social y económica en un tiempo relativamente corto”.
Así que todos estos estadistas han visto con claridad la peculiaridad de la modernización china.
La modernización socialista que va a construir China tiene no solo las características comunes a la modernización de los diversos países, sino, más aún, las peculiaridades chinas basadas en nuestras condiciones nacionales propias. Tiene por lo menos las siguientes cinco características fundamentales:
1) enorme magnitud poblacional;
2) prosperidad común de todo el pueblo;
3) coordinación entre la civilización material y la espiritual;
4) coexistencia armoniosa del ser humano y la naturaleza;
5) seguimiento del camino del desarrollo pacífico.
La connotación fundamental y característica esencial de la modernización china reside en la dirección del PCCh y el seguimiento del camino socialista.
En estas características mencionadas se puede notar claramente que la culminación de la construcción de la modernización china no es asunto fácil, pues implican por lo menos los siguientes puntos clave:
1. La necesidad de modernizar un país gigante con más de 1.400 millones de habitantes. Aunque el objetivo de la modernización china —la entrada conjunta de más de 1.400 millones de chinos en una sociedad moderna— es un trabajo sumamente arduo, nuestra acción de conducir al pueblo por una vía de prosperidad común ateniéndonos a una búsqueda de los valores centrada en él y satisfaciendo incesantemente su aspiración a una vida mejor hace que el proceso de cumplirlo sea dinámico y conducente finalmente a la prosperidad común a través de un desarrollo ordenado y diferenciado.
2. La necesidad de lograr un desarrollo coordinado e integral. La modernización china no supone un desarrollo en términos individuales, sino uno integral, con menester de desenvolver sincronizadamente la civilización material y la espiritual, y, además, enfatizar el desarrollo coordinado de las cinco civilizaciones —la material, la política, la espiritual, la social y la ecológica—.
3. La necesidad de prestar atención a la coexistencia armoniosa entre el ser humano y la naturaleza. La modernización china atribuye especial importancia a la relación entre estas dos partes, enfatizando su coexistencia armoniosa y el seguimiento del camino del desarrollo civilizado conducente a una producción desarrollada, una vida holgada y un buen ecosistema.
4. La necesidad de fomentar el desarrollo inclusivo y respetar la diversidad de la civilización humana. La modernización china procura concordancia entre la prosperidad propia y la mundial, y unidad entre su propio desarrollo y la creación de bienestar al mundo, pues siempre hemos propugnado lograr el beneficio mutuo y la coganancia con los demás países y promover hombro con hombro la estructuración de una comunidad de destino de la humanidad.
Esta distinción de las fundamentales características y connotaciones de la modernización china evidencia la diferencia esencial entre ella y la occidental.
Si bien es innegable que el proceso de la modernización occidental y algunos frutos importantes de ella han hecho contribuciones indelebles a la civilización humana, sus ideas, sus propuestas y su derrotero llevan tiempo encaminados, por lo que respecta al deseo del pueblo mundial de estructurar una comunidad de destino de la humanidad y a su búsqueda de la diversidad de las civilizaciones, a un cuello de botella, e incluso por mal camino.
Algunas viejas naciones capitalistas siguen un camino de expoliación colonialista con violencia, y la modernización que persiguen es una de expansión exterior y saqueo, alcanzada a expensas del atraso de otras naciones. La modernización occidental es una centrada en los capitales, una que provoca polarización y expande el materialismo, todo esto viejas vías de modernización, mientras que la china, que enfatiza el beneficio mutuo y la coganancia con todos los países del mundo en intersolidaria promoción de la edificación de una comunidad de destino de la humanidad y en empeñosa contribución a la paz y desarrollo de la humanidad, les ha abierto una nueva senda a los países en desarrollo para su avance a la modernización y ha ofrecido un plan totalmente nuevo a la humanidad para su exploración de sistemas sociales.
III. Los desequilibrios e insuficiencias del desarrollo
Llevar a buen término el desarrollo en los cinco años a contar desde el XX Congreso Nacional de PCCh, un periodo clave para dar inicio con buen pie a la construcción integral de un país socialista moderno en China, es de suma importancia para cumplir el objetivo de lucha fijado para el segundo centenario.
Por supuesto, no se puede negar tampoco que todavía tenemos numerosos desequilibrios e insuficiencias de desarrollo y no pocos eslabones frágiles y puntos débiles.
Los desequilibrios e insuficiencias se manifiestan en la principal contradicción de nuestra sociedad, que es la que hay entre la creciente demanda del pueblo de una vida mejor y el desarrollo desequilibrado e insuficiente, y además se expresan también en la actual economía y sociedad china.
1. Sobre los desequilibrios
Ejemplos:
Desequilibrio entre la economía real y la ficticia. En la economía real china aún subsisten problemas destacados, como el del desequilibrio estructural entre la oferta y la demanda, el del rápido crecimiento de las finanzas o el de la difícil y costosa financiación de las empresas.
Desequilibro en el desarrollo regional. China tiene un territorio de 9,60 millones de kilómetros cuadrados, con una gran diferencia entre las regiones y un desequilibrio en su desarrollo, y estas son las condiciones nacionales. Y hay fenómenos de desequilibrio de desarrollo aun en regiones económicamente desarrolladas o dentro de las provincias desarrolladas.
Desequilibrio en el desarrollo urbano-rural. Todavía es muy obvia la disparidad de desarrollo entre las zonas urbanas y las rurales de nuestro país.
Etc.
2. Sobre las insuficiencias
Ejemplos:
Insuficiente competencia de mercado. Todavía se observan restricciones injustas en determinados ámbitos en cuanto al acceso al mercado.
Insuficiente liberación de potenciales. El PIB per capita de nuestro país aún es relativamente bajo, tiene un gran espacio de elevación.
Insuficiente innovación institucional. Condicionadamente a la economía de mercado, todavía hay ciertas restricciones derivadas de los regímenes y mecanismos.
Etc.
Estos puntos débiles en forma de desequilibrios e insuficiencias han determinado el rumbo y la prioridad del futuro desarrollo económico y social de China y, en especial, han planteado la exigencia del viraje efectivo de nuestro desarrollo económico hacia uno de alta calidad. Por lo tanto, una de las tareas importantes del XX Congreso Nacional del Partido ha sido estudiar cómo ceñirnos estrechamente, en el periodo clave de suma importancia que suponen los futuros cincos años, a la resolución de los desequilibrios e insuficiencias del desarrollo, de modo que ofrezcamos para ella nuevos lineamientos y medidas invirtiendo esfuerzos en la subsanación de los puntos débiles, el fortalecimiento de los eslabones frágiles, la consolidación de la base y el despliegue de las ventajas.
IV. Cómo entender la prosperidad común
Conducir al pueblo en el seguimiento de la prosperidad común es una aspiración inalterable de los comunistas chinos y también uno de los objetivos principales de la República Popular China, definido al inicio de su fundación. Este objetivo, lo captó ya en agosto de 1949, poco antes de la fundación de la Nueva China, Ronald Owen Hall, el famoso obispo británico de Hong Kong, que, allí, en una prédica suya, se expresó emotivamente así: “Los seis mil años de preparación que Dios le ha dejado a China eran la espera de este momento espléndido. Creo que, con el gobierno del partido comunista, esta semilla crecerá hasta ser un árbol alto como el cielo”. Ante las miradas perplejas de los creyentes, siguió con estas explicaciones: “El cristianismo puso fin a la esclavitud, pero no era capaz de detener otro mal, la concentración de la privatización de propiedad. Y la propiedad privada, que suele conducir a la pobreza, no solo fue la causa del Movimiento del Reino Celestial Taiping, sino también factor del derrumbe del Guomindang; y quizá fue para destruir este mal para lo que Dios dio nacimiento al partido comunista”.
El obispo tenía un conocimiento correcto del objetivo del PCCh. Lo que persiguen los comunistas chinos al dar conducción al pueblo chino en una incansable lucha unida es avanzar hacia la prosperidad común. Al entrar en la nueva era, el Comité Central del Partido, nucleado en torno al camarada Xi Jinping, planteó claramente que dirigir al pueblo hacia la prosperidad común era uno de los objetivos importantes de la modernización socialista y también una importante misión de los comunistas chinos de la nueva era.
Es de larga data la aspiración de los comunistas chinos por la prosperidad común.
El tema de avanzar hacia ella, uno de carácter básico al que requiere dar resolución la teoría marxista, suponía una asunción básica de Marx y Engels con respecto a las condiciones de la sociedad socialista y la comunista, en las cuales la producción tendría como objetivo la prosperidad para todos.
Después de la fundación de la Nueva China, el presidente Mao Zedong se expresó de este modo: “[Bajo la dirección del PCCh, China] podrá marchar cada año hacia más prosperidad y fuerza, y podrá verse cada año más próspera y fuerte. Y de esta prosperidad, que es para todos, y esta fortaleza, que es algo común, todos podrán beneficiarse”.
Desde principios de la década de los ochenta del siglo pasado, y en el contexto de la reforma y apertura, el camarada Deng Xiaoping advertía constantemente a la gente así: “El objetivo fundamental de seguir el camino socialista es hacer realidad la prosperidad común”.
Con la entrada del socialismo con peculiaridades chinas en la nueva era, el Comité Central del Partido, nucleado en torno al camarada Xi Jinping, ha elevado a un lugar destacado el asunto de promocionar con solidez la prosperidad común, subrayando enfáticamente que el cumplimiento de esta es requerimiento esencial del socialismo con peculiaridades chinas e importante misión del PCCh, que hay que prestarle más atención y que es necesario avanzar con pasos seguros hacia el cumplimiento del objetivo de la prosperidad de todo el pueblo.
Solo China es capaz de hacer salir realmente de la pobreza a tan numerosa población en su totalidad. Los países desarrollados de Europa y América no han podido dar solución a este notable problema. El 8 de enero de 1964, en su primer discurso sobre el estado de la Unión, el presidente americano Lyndon B. Johnson planteó que declaraba una “guerra incondicional a la pobreza”. En ese momento, la tasa de pobreza del país era del 19 %, y ello motivó que poco después el Gobierno americano crease la Oficina de Oportunidad Económica para encargarse de administrar los fondos federales destinados a la reducción de la pobreza. Desde ese entonces, aunque la tasa de pobreza declarada oficialmente por los Estados Unidos ha venido bajando lentamente, ha quedado aún superior al 10 %, no han podido dar solución al problema de la pobreza. En 2010, la UE promulgó un documento político, la Estrategia Europa 2020, en el que se planteaba el objetivo de reducir hasta 2020 el número de personas en riesgo de pobreza de 80 millones a 60 millones, y en ello no se han logrado grandes progresos.
La movilización de las fuerzas de todo el Partido y todo el país en pos de sacar al pueblo de la pobreza solo se podía cumplir de verdad bajo la firme dirección del PCCh. Durante los 40 años previos a la culminación de la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada, o sea, el periodo comprendido entre 1980 y 2020, en China salieron de la pobreza 800 millones de personas, por una reducción media anual de unos 19 millones. En 2021, el Gobierno chino proclamó solemnemente nuestro cumplimiento del objetivo de erradicar la pobreza absoluta en las zonas rurales, con lo que hemos podido resolver históricamente el problema de la pobreza absoluta.
El avance hacia la prosperidad común a partir de la salida de la pobreza siempre ha sido un importante objetivo de la modernización socialista de China; y la promoción sólida de la prosperidad común venía a ser un gran tema para el periodo posterior a la culminación de la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada en China.
Lo primordial para una sólida promoción de la prosperidad común es que se resuelva la cuestión del desarrollo, lo cual precisa que se haga realidad un desarrollo de alta calidad, que se estructure un sistema de distribución de ingresos representativo de la eficiencia e impulsor de la equidad, y que las diversas entidades protagonistas lleven a buen término sus propios asuntos y todo el pueblo respete la disciplina y acate las leyes, dándose así paso a que toda la gente alcance la prosperidad y, sin embargo, no permitiéndose en absoluto “sacar riqueza de los ricos no benévolos para ayudar a los pobres” ni “sacarles riqueza para hacerlos pobres”.
El Comité Central del Partido, nucleado en torno al camarada Xi Jinping, ha trazado un lineamiento general sobre cómo materializar la prosperidad común.
En primer lugar, hay que persistir en la concepción del desarrollo centrada en el pueblo para promover la prosperidad común en el proceso del desarrollo de alta calidad.
En segundo lugar, hay que tratar correctamente la relación entre la eficacia y la equidad para estructurar un arreglo institucional básico que coordine y complemente la distribución primaria, la redistribución y la distribución terciara.
En tercer lugar, hay que ampliar el porcentaje de los grupos poblacionales de renta media, aumentar los ingresos de los de renta baja, regular racionalmente los ingresos altos y abolir los ilícitos para conformar un esquema de distribución en forma de pelota de rugby.
Y, en cuarto lugar, hay que promover la equidad y justicia social e impulsar el desarrollo integral de las personas para que todo el pueblo marche con pasos sólidos hacia el objetivo de la prosperidad común.
Por supuesto, nuestro Partido también es consciente de la extraordinariamente ardua tarea y el largo y complejo proceso que supone conseguir la prosperidad del pueblo entero, para lo cual no hay atajo ninguno y se depende solo de la ardua lucha de él. Por eso el secretario general Xi Jinping ha advertido en varias ocasiones a todos los militantes del Partido instándoles a marchar con firme y enérgico paso hacia el cumplimiento del objetivo de su prosperidad común.
V. Los aires chinos expresados
en las teorías del desarrollo de China
Sin lugar a dudas, el pensamiento guía que conduce el desarrollo chino es el marxismo chinizado y, en especial, sus logros teóricos más recientes. En China, el marxismo debe integrarse primero con la realidad concreta de China y con la excelente cultura tradicional china, a resultas de lo cual se han manifestado también más características, estilos y aires chinos.
Los factores de la excelente cultura china están muy patentizados en nuestros pensamientos guías y conceptos diplomáticos, de los que algunos estadistas extranjeros tienen un profundo conocimiento. Los han mencionado en muchas ocasiones el expresidente americano Richard Nixon y el ex secretario de Estado Henry Kissinger, quien en su obra Sobre China dijo: “[…] China es singular. Ningún otro país puede reivindicar una civilización ininterrumpida tan larga o un vínculo tan estrecho con su antigüedad y con sus principios clásicos de estrategia y de arte de gobernar”.
En el proceso de combinar el marxismo con la realidad concreta del país, los comunistas chinos han integrado muchos elementos de la excelente cultura tradicional de la nación china, entre los cuales hay muchos puntos naturalmente acordes e intrínsecamente asimilables.
Por ejemplo, en nuestros objetivos de lucha tenemos las nociones de seguimiento de la Gran Virtud, pertenencia del mundo a todos y estado social de gran armonía, propias de la cultura tradicional.
En nuestra línea ideológica está la quintaesencia de la cultura tradicional: buscar la verdad en los hechos.
En nuestro tratamiento de la relación que llevamos con las masas populares están las ideas de considerar al ser humano como lo primordial y darle al pueblo tranquilidad, prosperidad y deleite.
En nuestra teoría del conocimiento están las de coherencia entre él y la actuación, consideración de esta otra como lo primordial y promoción de ella a través del conocimiento.
En nuestra dialéctica están la de que no hay mal que por bien no venga, la de la coexistencia entre el yin y el yang y la de que, cuando la desgracia llega a su colmo, viene la felicidad.
El objetivo de desarrollo de una sociedad modestamente acomodada; el principio del imperio de la ley integrador de la administración del país según la ley y su administración acorde a la moralidad; el pensamiento de desarrollo centrado en el pueblo; la iniciativa de la estructuración de una comunidad de destino de la humanidad, etc., son todo expresión de la quintaesencia de algunas ideas de la excelente cultura tradicional china.
Por consiguiente, nuestro pensamiento guía es, ante todo, marxista, de un marxismo chinizado e integrado con la realidad concreta de China, y, al mismo tiempo, está lleno de la sabiduría y el espíritu chinos y dotado de estilos y aires chinos. Este pensamiento concuerda con la realidad de China y, por lo tanto, es capaz de orientar su desarrollo y progreso.
VI. Línea principal de la diplomacia china
¿Cómo tratará China las relaciones internacionales sobre la base de gestionar bien sus propios asuntos? Su criterio principal es el de, con apego a una diplomacia de gran país con peculiaridades chinas, promover la articulación de un nuevo tipo de relaciones internacionales y la construcción de una comunidad de destino de la humanidad, desplegar los valores comunes a todo el género humano —paz, desarrollo, equidad, justicia, democracia y libertad— y encauzar la corriente del progreso humano.
La comunidad internacional es concorde con los conceptos diplomáticos de China. Ya en 2017, el discurso “Construyamos juntos una comunidad de destino de la humanidad”, pronunciado por Xi Jinping en la sede de la ONU en Ginebra, encontró amplio eco entre los participantes, unos 800 responsables de organizaciones internacionales, diplomáticos y altos funcionarios de diversos países, que aplaudieron calurosamente en más de treinta ocasiones. Peter Thomson, presidente de la 71 sesión de la Asamblea General de la ONU, dijo en una entrevista a él: “Para mí, el concepto preconizado por China en cuanto a la estructuración de una comunidad de destino de la humanidad supone el único futuro humano en este planeta”.
Se puede afirmar que esta calificación es una percepción común de toda persona libre de prejuicio en la arena internacional. ¿Por qué existe esta sensación? El motivo es que la diplomacia de gran país con peculiaridades chinas tiene como línea principal clara la de servir a la revitalización nacional y promover el progreso humano.
Esta línea principal se expresa en las siguientes “cinco persistencias”:
Primera: persistencia en el seguimiento del camino de desarrollo pacífico. China continuará manteniendo en alto la bandera de la paz, el desarrollo, la cooperación y la coganancia, se atendrá escrupulosamente a una política exterior cuyo propósito es salvaguardar la paz mundial y fomentar el desarrollo común, y se opondrá a la intervención en los asuntos internos de los demás y al ultraje de países débiles por poderosos, todo con miras a establecer un nuevo tipo de relaciones internacionales caracterizado por el respeto mutuo, la equidad y justicia, y la cooperación y coganancia. Trabajará junto con los demás países del mundo por construir un mundo de paz duradera, seguridad universal, prosperidad común, apertura e inclusión, y limpieza y hermosura, y por estructurar una comunidad de destino de la humanidad.
Segunda: persistencia en el establecimiento de unas relaciones de asociación global. China actuará en incesante perfeccionamiento del disposicionamiento mundial de las relaciones de asociación, en omnidireccional configuración de las relaciones de asociación integral y colaboración estratégica ya existentes, en adecuado abordamiento de las discrepancias y fricciones sobre la base de la igualdad y el respeto mutuo, en fortalecimiento extra de la confianza mutua en lo estratégico y la integración de intereses con apego a los conceptos de amistad, sinceridad, beneficio mutuo e inclusión, en tenaz implementación de una concepción correcta de la justicia y los intereses, y en refuerzo de la unidad y cooperación con los numerosos países en desarrollo.
Tercera: persistencia en el conjunto conformamiento de alta calidad de la Franja y la Ruta. Sobre la base de la construcción de la Franja y la Ruta ya llevada a cabo en el pasado, China se adherirá a la codeliberación, la coedificación y el codisfrute como regla de oro, persistirá en las nociones de apertura, ecologicidad y limpieza, y dará impulso a la construcción conjunta de la Franja y la Ruta para que avance incesantemente por una dirección de alta calidad.
Cuarta: persistencia en la conducción de la reforma del sistema de gobernanza global. China actuará como siempre participando activamente en la reforma y construcción del sistema de gobernanza global; salvaguardando resueltamente el sistema internacional centrado en la ONU, el orden internacional basado en el derecho internacional y el régimen del comercio multilateral nucleado en torno a la OMC; evitando con empeño los vacíos y caos relativos a la gobernanza, y manteniendo sano y estable el sistema de gobernanza global.
Y quinta: persistencia en la defensa de la soberanía, seguridad e intereses de desarrollo del país, configurando con acciones más sólidas y medidas más enérgicas una línea firme para tal defensa.
En el XX Congreso Nacional del PCCh, el secretario general Xi Jinping dio estas indicaciones de fondo: “El porvenir del pueblo de los diversos países del mundo radica en la estructuración de una comunidad de destino de la humanidad”… “Persistiendo siempre en el propósito de la política exterior de salvaguardar la paz mundial y fomentar el desarrollo en común, China se dedicará a impulsar la construcción de una comunidad de destino de la humanidad”.
Y ha dicho además: “La construcción de una comunidad de destino de la humanidad es un objetivo apasionante cuyo cumplimiento requerirá el esfuerzo ininterrumpido de una generación tras otra. China está dispuesta a trabajar con los numerosos países miembros de la ONU y con las organizaciones y agencias internacionales para impulsar entre todos el grandioso proceso de construir una comunidad de destino de la humanidad”.
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